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Del Batey, de Coros, de Cantos 4 y del Ideal .... Antes de que se me olvide.

 




Por Jhonas Guzmán

La salida del maestro Sixto Peguero del Coro Ideal (nombre inspirado en la canción “Ideal”, emblemática composición de Nino Martínez), representó una etapa difícil de superar para esa joven agrupación; esto así porque Sixto era no solo el director coral más importante de Haina, sino que también, todo un referente de respeto para la juventud de ese pueblo.

La pena y el desgano no tardaron en aparecer y varios miembros del grupo se fueron al Coro Municipal, siguiendo a Peguero, algunos se quedaron en ambos coros y otros simplemente abandonaron el movimiento coral;  esto generó una gran preocupación entre los que nos quedamos en el Ideal; sin embargo, en ese momento comenzamos a comprender el porqué de algunas llegadas tarde a los ensayos, de parte del maestro Peguero, con el mensaje previamente enviado de “vayan empezando los ensayos con Daniel y  que practiquen las voces de los sopranos y tenores, en las canciones Patria y Tú qué sabes?”. Se refería a Daniel Rollins, uno de los tenores más destacados del coro, con un amplio dominio y manejo de voces. Entonces entendimos que desde ya hacía un tiempo, Peguero nos estaba preparando para su ausencia y que poco a poco estaba poniendo a prueba a su reemplazo en la dirección del grupo.

Y fue así como en Septiembre del 1984 Daniel Rollins se estrenó como Director de Coro Ideal; la primera batalla que libró Daniel fue lograr que todos nosotros lo viéramos como director y no como el compañero jocoso que a todo le buscaba el lado chistoso; en pocos ensayos Rollins demostró no solo capacidad de dirección musical, sino un amplio nivel de liderazgo y de disposición al trabajo, sin importar el sacrificio personal que aquello representara. La segunda gran batalla fue la escases de recursos para las actividades del grupo, pues como hemos reseñado en relatos anteriores, para ese año ya el Colegio Cesar Nicolás Penson había entrado en una fuerte crisis interna, la cual lo llevo a la separación de sus socios y en medio de esa situación, sostener a un coro no estaba para nada dentro de sus prioridades.

Aún con ese difícil panorama, el Coro Ideal continúo cumpliendo sus compromisos artísticos, es decir, presentaciones en diferentes actividades en Haina y diversos pueblos del país; todo esto nos exigió crear una estructura que permitiera darle soporte al nuevo director y mantener el contacto con cada miembro. Siendo así, Roberto Díaz fue designado subdirector y musico, Rafael Asencio Corporán como Tesorero y yo fui designado Coordinador General del Coro.

 Con muy pocos teléfonos instalados en las casas para esos años y sin facilidad para movilizarnos, a Rafa y a mi nos correspondió caminar palmo a palmo todos los barrios y calles de Haina, convocando a ensayos extraordinarios, reuniones, etc., por varios años; hasta que Rafa consiguió comprar una motocicleta, en la cual se nos facilitó un poco más la tarea. Casi todos los miembros del coro aún nos recuerdan a ambos, flacos y con un afro, caminando juntos por las calles de Villa Lisa, Villa Penca, el Distrito, el Centro y muchos otros barrios más en esa tarea y además, cargando los instrumentos del coro en las presentaciones y ensayos; imposible olvidar el equipo de sonido de los instrumentos, que era una planta de bajo, que pesaba unas 200 libras y la cual había que cargar en cada actividad, era como los más parecidos a un castigo.  

La realidad era que en ese momento el grupo necesitaba recursos, pues no teníamos un uniforme oficial, ni equipo de sonido para voces y los instrumentos que teníamos, estaban deteriorados; nos vimos ante la disyuntiva de decidir, entre: Dejar de funcionar como grupo, (ya éramos prácticamente independientes, el Penson solo nos facilitaba el local para ensayar) o buscar recursos por nuestra propia cuenta. 

La decisión no fue difícil de tomar, pues era tal el entusiasmo del grupo y el nivel de compromiso tanto del director Rollins como de cada miembro, que ante esa falta de recursos, iniciamos un programa de actividades que fueron desde realizar rifas, giras y hasta fiestas bailables con orquestas de moda en el país, para generar fondos para el grupo. Con todo ese esfuerzo logramos hacer el uniforme de las hembras (nunca lo olvidaré, unos vestidos color azul pálido), pues los varones teníamos la opción fácil y práctica, de un pantalón negro y una camisa blanca. Además, reparamos los instrumentos dañados y nos mandamos a hacer hasta una Tarima para coros que, aunque hecha en madera, era bastante resistente y útil en las presentaciones.


Nuestro escenario por excelencia para las presentaciones en Haina, así como el de todos los grupos culturales de pueblo, era el Centro Parroquial San Agustín; local propiedad de la iglesia católica, ubicado en el mismo “Cruce” de Haina; allí nos presentamos en múltiples ocasiones, a veces por varios sábados consecutivos, en actividades nuestras o de otros grupos, como Teatro Masa, que nos invitaba. El Centro Parroquial era como nuestro Teatro Nacional local, pues por su localización y fácil acceso, las actividades se llenaban con facilidad y teníamos un público cautivo, que le gustaba disfrutar de nuestro humilde arte. 

En su mejor momento, bajo la dirección de Daniel Rollins, el Coro Ideal llegó a tener más de 40 miembros y 5 músicos acompañantes, así como una alta popularidad en todo Haina y en varios pueblos del país, los cuales nos invitaban a sus fiestas patronales y eventos formales, algunos hasta de gala, como algunos Clubes de Leones y de Rotarios en Santo Domingo. Teniendo ya el grupo estabilizado, nos pusimos como meta realizar un gran concierto, para celebrar los cuatro años de existencia del coro.

En efecto, trabajamos duro durante todo el año 1985 con las actividades de recaudación de fondos y en los ensayos y trabajos de preparación previa y en el mes de Diciembre de ese año, realizamos nuestro Concierto 4to. Aniversario, en el Centro Parroquial San Agustín. A esta actividad invitamos a las autoridades del pueblo, las Educativas y Juntas de Vecinos, para compartir con todos ellos, los resultados del trabajo del grupo y para solicitarles apoyo para dotar al grupo de más recursos para poder funcionar y lograr una mayor cobertura. El concierto fue todo un éxito en la asistencia y lo artístico; sin embargo, no hubo ninguna respuesta positiva a nuestra solicitud de apoyo y de recursos. 

Unas semanas después de iniciado el año 1986 inició otra etapa bastante complicada para el grupo; la dificultad de disponer de un local para ensayar. A pesar de la difícil situación con el Penson, estuvimos ensayando en su viejo local de la calle Pedro Santana y luego en lo que iba a ser su nuevo local, en el Barrio el Centro, sin embargo, aquello era un edificio a medio construir, que tardo varios años en completarse y resultaba bastante difícil operar allí, sin pisos, ventanas, baños, etc.  Así las cosas, comenzamos a buscar solidaridad entre los sindicatos que operaban en el Ingenio Rio Haina, para que nos permitieran utilizar sus locales, los sábados y domingos para nuestros ensayos. Así empezó una etapa itinerante, en la cual llegamos a ensayar en los locales de: El Sindicato Ferrocarrilero (Frente al cuartel policial), Acción Comunitaria (barrio los Coquitos), Sindicato de Técnicos Especializados (Calle las Caobas), Sindicato Clasista (Calle Manuel de Jesús Galvan) y otros locales que no me llegan a la memoria.

Así nos mantuvimos por espacio de casi dos años, hasta el 1987, año en el cual, con todas estas dificultades y limitaciones, los compromisos familiares que ya había asumido y otros temas personales, hicieron que Daniel Rollins dejara el grupo. Otra vez nos quedábamos sin director y en medio de toda una gama de problemas para el coro.  Nuevamente se ponía a prueba la voluntad del Coro Ideal, ante lo cual se impuso el buen deseo de la mayoría y seleccionamos a un nuevo director, dentro del mismo grupo, pero con esa parte continuaremos próximamente…. 

Gracias especiales a Angela Andújar, por sus imágenes del Coro Ideal.

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