Un Locutor en apuros!

Ilustración: Nelson Resto
Esta es la historia de un locutor amigo, que con una hermosa y pausada voz estaba conquistando el corazón de las féminas oyentes que seguían su programa radial.
Y no voy a mencionar el nombre del locutor, pero sí le diré que es del 17 de Haina. Y aprovecho para encomiar a una cantera de muchachos de nuestro sector que han descollado grandemente en el arte de hablar por los micrófonos. Para que vean que será difícil identificar el locutor de la historia.
Entre los muchachos del 17 que han triunfado en el mundo locutoril podemos citar a Francis Concepción y Dioni Alcántara quienes han alcanzado la cima en Boston, también, Enmanuel Ventura, María Cristina Rodríguez, Ramón Darío Guante, Salvador Nicolás Vargas Feliz, Joseph Pujols Feliz, Dionicio Liranzo, Teófilo Alcántara, y en menor grado Blas y Salvador Liranzo y un servidor.
Retomando la historia, seguiré explicando lo sucedido una tarde de un sábado. El locutor amigo, asediado por las llamadas telefónicas de las muchachas fanáticas, decidió 'probar suerte' un día con una de ellas en un punto específico de la Plaza Central de Santo Domingo.
Inteligentemente, el locutor de la historia, preguntó a la jovencita cómo iba a ir vestida para poder distinguirla ante tanta gente que visita la popular plaza comercial.
Inteligentemente, el locutor de la historia, preguntó a la jovencita cómo iba a ir vestida para poder distinguirla ante tanta gente que visita la popular plaza comercial.
A la hora en punto, el locutor acudió a la cita creyendo que se iba a encontrar con una estrellita de Naco (lujoso sector exclusivo de la capital dominicana).
¡Sorpresa! La joven no era muy agraciada con la belleza, tanto que el profesional del micrófono me aseguró que no se podía hacer ni el más mínimo esfuerzo en favor de la chica plantada.
¿Dije plantada? Exactamente, porque el locutor amigo no se identificó nunca con la muchacha, a pesar de que estaba bien cerca de ella en el lugar acordado para el encuentro.
¿Dije plantada? Exactamente, porque el locutor amigo no se identificó nunca con la muchacha, a pesar de que estaba bien cerca de ella en el lugar acordado para el encuentro.
Al próximo día del programa llamó la joven frustrada y enojada, para buscar una explicación de la ausencia del locutor, y él sin dejarla hablar le dijo:
“Ay, mi amor perdóname por favor, que no fui a la cita, porque a última hora tuve que acudir urgentemente a una reunión de emergencia con el director de la emisora”.
“Ay, mi amor perdóname por favor, que no fui a la cita, porque a última hora tuve que acudir urgentemente a una reunión de emergencia con el director de la emisora”.
¡Ufffff! Realmente, un gran Escape 88.9
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